8 consejos para vivir con roomies y no morir en el intento.

Vivir con roomies (Amigos, conocidos o no tan conocidos) es una excelente forma de cortar gastos y hacer más llevadero el arriendo. Pero vivir con otras personas siempre puede presentar un reto, en especial cuando aún no los conocemos y no sabemos sus rutinas. Para eso hemos armado esta pequeña lista de consejos generales para empezar la convivencia con buen pie y, ojalá, formar nuevas amistades.

 

  • ¡Comunicación!

La comunicación es muy importante para una relación saludable, son adultos no adivinadores. Si se tiene que decir algo que a uno le molesta, simplemente se tiene que decir y punto. Nada va a funcionar si frente a cada problema se refugian en su cuarto esperando a que el otro acepte un error que ni siquiera sabe que cometió. Siéntense a conversar y díganse el uno al otro lo que les incomoda y qué puede hacer el otro para no incomodar. Siempre “con respeto”, como dijo un querido futbolista de nuestro país.

 

  • Mantén el ruido bajo control.

Vivir juntos pueden ser muchas risas y buenos momentos, pero a nadie le gusta estar en un carrete cuando intentamos dormir o nos duele la cabeza. Se consciente de lo que están haciendo tus roomies (y tus vecinos para el caso) y actúa en consecuencia. Tal vez esa partida de “Call of Duty” a las 3.00 AM seria mejor con audifonos.

 

  • Conózcanse.

Vivir en un espacio reducido es una experiencia interesante, por decir lo menos. Es probablemente la manera más rápida de conocer los mejores y peores hábitos de una persona. Pero antes de conocer los peores, hazte un favor y trata de conocer sus mejores. Te sentirás más feliz que ambos se entienden y han resuelto el modo para llevarse bien.

 

  • Establezcan límites.

Y hablando de comunicación y conocerse, si quieres vivir en armonía durante el tiempo que estarán juntos, siempre es bueno pensar en formas de hacer que la convivencia sea más agradable. Una gran parte de esto es fijar límites apropiados. Esto será diferente para cada uno, por lo que la mejor forma de establecer estos límites es tener una conversación abierta y honesta.

 

  • Limpia el doble de lo que limpiarías normalmente.

Limpiar tus desórdenes es una tarea continua, pero se convierte en tarea realmente tediosa cuando tienes que limpiar el desorden de otra persona también. No seas el roommate (compañero/a de habitación) que tiene la mitad de una maleta de ropa, zapatos y desastre por todo el suelo. Una buena regla es limpiar mucho más de lo que harías si vivieras solo para así no generar molestias en el otro.

 

  • Los amigos de mis amigos…

¡Visitas! Puede que tu “rommie” tenga muchos nuevos amigos en su curso y quiera invitarlos todo el tiempo a casa. Tú, por el contrario, eres más solitarios y prefieres llegar a relajarte en tu habitación, estudiar y descansar temprano. Podría ser también que el caso fuera al revés. Por eso, lo aconsejable es establecer unas normas u horarios en este sentido para evitar que alguno se incomode ante la presencia de terceros en casa.

 

  • Se como un Lannister; siempre paga tus deudas.

En casi todos los casos, la figura del roommate existe para aliviar entre varios la carga de los gastos ocasionados por alojamiento. Así que ten en cuenta que la puntualidad de los pagos que corresponda a cada uno es clave para evitar malos entendidos o roces.

 

  • En serio… Comunicación.

Hasta los roommates más cercanos tienen momentos donde no se soportan. El conflicto es una parte natural de unir a las personas. Pero siempre se pueden resolver de forma pacífica. Habla con calma, respeta el espacio y límites de tus roomies y encuentra puntos en común. La comunicación es la base de cualquier y toda relación.

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Ant.

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